Cultura 21: Terroristas (2)
Por Antonio Domínguez Leiva
El libro de Daniel de Doctorow se ha convertido en el clásico
sobre el radicalismo armado de los “años del odio” (o los “otros
sixties” que no fueron del amooor…).
La buena terrorista, envidiable título de Doris Lessing (1985)
retraza las actividades “anti-sistema” de un grupúsculo del Londres
punki y squatter. Visión desencantada de la ultra-izquierda el libro de
Lessing se sitúa en la tradición conradiana.
El
Leviatán de Auster también ha retomado dicha tradición, mostrando el reverso autodestructivo del sueño americano.
El contrato de Friedrich Dürrenmatt (1986), por su parte,
desconstruye el género, haciendo del terrorista una “pseudos-creación de
Estados inestables” y Don DeLillo lleva dicha desconstrucción hacia el
pos-posmodernismo en
Mao II.
Por el contrario John Updike resucita el enfoque entre empático y distanciado de Dosto en
The Terrorist (2006).
Dentro
del negro puro el terrorista no ha prosperado tanto, captado más bien
por el género rival del espionaje, del cual es uno de los emblemas…
Empezando con los chicos del SPECTRE de nuestro queridísimo Bond, James Bond…
Curiosamente,
pese a ser un puro producto de la Guerra Fría, la serie de Bond
inventaba exóticos super-villanos que poco tenían que ver con el
verdadero Enemigo… y tras la caída del Muro los villanos han ido
proliferando y adoptando la cara anónima del terrorista, culminando en
las organizaciones que financia Le Chiffre en el estupendo
Casino Royale.
De hecho se puede decir sin temor a exagerar que Osama es una confirmación de las pesadillas imaginadas por Ian Fleming.
Dentro del negro citemos por ejemplo
Los terroristas de ese tándem tan curioso Maj Sjowall and Per Wahloo.
Por no hablar, claro, de la cantidad de listillos que han puesto
“terrorista” en sus títulos después de lo de las Gemelas (Steven Lang y
compañía).
Sería imposible hacer un listado de todas las pelis que tratan del
terrorismo, empezando con la adaptación de Conrad por Alfred Hitchcock
en
Sabotaje (1936).
El miedo nuclear de los 50 alimentó pelis como las británicas
Seven Days to Doom (1950) o
Secret People
(1951) pero el miedo al terrorismo realmente culminó en los años 70
siguiendo célebres masacres (muchas de ellas relacionadas con el
siniestro GLADIO).
En aquella época dorada del “cine para adultos” surgieron joyas de incorrección política como
Alemania en otoño (1978) que contó con Heinrich Böll o la
Tercera Generación de Fassbinder (1979). En Italia fueron los films políticos como
Cadáveres ilustres de Francesco Rossi los que trataron el problema, al tiempo que en España se trataba de ETA en la
Operación Ogro por el italiano Pontecorvo o
El proceso de Burgos de Imanuel Uribe (1979).